miércoles, 24 de noviembre de 2010

Acido

Las nubes fueron transformadas en frías masas de gas toxico… y los atardeceres en oscuras noches por el ir y venir de colosos de acero, los días ya no eras azules, si no morados por el azufre en el infinito espacio que se rasgo por la ruptura de la atmósfera…

Y así… todos los días eran mas y mas tristes en la tierra que se congelaba lentamente, dejando una marca de triste bruma por el frió de las noches… que no podían ser mas lucubres que los días, ya las personas eran simples maquinas de guerra, simples extractos de una realidad virtualizada por bits de potencia errante en el espacio sideral que se consumía a si mismo eternamente por guerras encarnizadas entre humanos y bestias que se volvían cada día mas y mas bestiales…
Al menos mi percepción en este lugar…
Cada día los aviones vuelan mas alto, y dejan tras de si ese polvo que enloquece mas y mas a las personas, mas bien… maquinas de combate… llamadas, Atoruz…La lluvia… hoy es extraño, la lluvia es cristalina… ya no es de asido, ni de azufre, es extraño que en este mundo corrupto algo así pueda aun existir, aun pueda ser posible el ver esta lluvia, sentir su calido y refrescante frió húmedo en la piel…
Ese frió que tal vez podría siquiera por un segundo calmar estos sentimientos crudos de tristeza y soledad…
Es gratificante sentir en la palma de mi mano este frió húmedo de lluvias cristalinas… es gratificante el sentir como en estas tierras aun exista la piedad del cielo y algunas nubes escapasen al tumultuó de azufre y acido…

Quisiera no caer, quisiera no estar cubierto por hierro y acero… si… no caer mas y no pasar mucho así en medio del abismo… tener quien me preguntara lo que me duele, lo que me hace perder el control… tener una sonrisa que compartir, un mundo como el de antes… solo llanos y no concreto, solo árboles y no obeliscos de mármol… libres entre montañas y no mas encarcelados entre murallas de acero…
Ya no perder el control al sentir el polvo en mis pulmones…
Estar perdido en el sueño que me despertó en esta realidad corrupta por nuestros pasos…
Es veneno en mi piel lo que me impide sentir ese dulce frió en todo mi cuerpo… es acero envenenado lo que me hace sucumbir…
Alrededor de mi alma… ese sueño…

Puedo verlo aun estando aquí… despierto en mi realidad, en este mundo extraño… que lejos de ser una realidad párese una cruda fantasía de tiempos mas futuros… pero en el cristal, en las ruinas que me rodean desde hace ya mucho, me doy cuenta de que no es así… que estoy tan unido a este mundo derruido, como lejos estaré del sueño…
Si lo vieras, si lo vivieras, quisieras estar ahí en donde yo estuve, tan solo una noche… solo una noche me duro la estadía en el sueño…
Las mañanas sin truenos, mañanas con el canto de las aves… con suaves luces que endulzan el espíritu… sin aquellas grises mamparas desolados…
Los días en calmo silencio y dulce calidez… el canto de los ríos de cristal… no el grito desesperado que me pierde, en los torrentes de sangre…

Como queriendo despertar dentro de ese sueño y decir que ese es mi lugar…
Todo eso que quisiera tomar… todo eso que nos hubiera esperado si nuestra desesperación por dominarlo todo, nos hubiera consumido…
La noche es tan pesada en este mundo, y sin en cambio era tan ligera y tranquila. Que no entenderías de lo que te hablo, debería yo estar detrás de ti, y abrazarte, si tu quisieras, yo te amaría en ese sueño…

Miro al tiempo, ya casi termina lo descrito…
Miro tu mirada en ese sueño, miro tu rostro sonreír en el bello mundo que te mantiene como un hermoso espíritu refulgente…
Si yo fuese tu amor, no estaría en esta eterna caída…
Me tomarías por la espalda y me dirías palabras de amor y me preguntarías si te amo…

Para con una sonrisa decirte…
En donde he estado si no fue a tu lado…
¡Tu!... mirándote todos los días que permanecí a tu lado… tan calido y tranquilo el sueño que no sucumbió en el olvido…
Los espíritus morirían con una sonrisa tuya, el sueño, lo que me separa de la realidad. Y la fantasía…
Solo un sueño y una esperanza que se marchito rápidamente en el ocaso… en el tiempo y la distancia de un cristal roto que me hizo ver mi propia suerte marchita y sepultada en polvo y acido…



Fin…
Domenikos Ruiz 2010 noviembre 24

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