jueves, 18 de febrero de 2010

poema VII


grices colores, extraños pensamientos que recorren los pasadisos de obscidiana, pasajes de mi mente translucida en el cadalzo, un deambulante pensamiento me embargo, esas praderas que se contruyen en las curfas etereas de tu cuerpo, ese gris que se abrio sobre tu mirada, y la luna te llamo, su espendlor brillo en tus ojos, pero solo en ellos, por que al mundo le lengo su brillo inmaculado...


solo a ti te regalo ese instante de antaño, ese momento en el que tus ojos guiaron a los mios, a contemplar por entre tu mirada, el brillo real del cielo, que se volvio plata por los rayos del sol nocturno...

en circulos que diraron mil años, tan solo unos segundos, dieron paso al recorrer de epocas de antaño, de milenios apagados en el oscuro manto de la noche, dragones y serpientes giraban en las pulilas de tus bellos ojos,

y en el centro de tus safiros, tus manos se extendian, queriendo abrazar mi alma, con la union cosmica de un beso al final de las horas, al final del momento, para sellar mi pacto, un pacto que se escribio con un abrazo y quedo descrito con un te amo...