jueves, 30 de julio de 2009

poema


su vos se multiplica en el eco de la noche, que es igual a las almas del mundo que rodean en caminos perdidos el desierto de los edificios nocturnos...


el viento se lleva sus ruegos al infinito en donde nadie podrá escucharlos...aun así continua llorando esperando un apiadado de su belleza marchita le ayude a rejuvenecer como el sol que cada día reina y es joven al amanecer de los días...


su canto hermoso y melódico se pierde al desperdicio de los días que pasan a su lado en sombras con diademas y collares...


levanta a los arboles que de arboledas en aires de ayuda aclaman con sus copás al dios de la eterna juventud sus placeres y sus grasias...


recordando tiempos, tiempos en donde el pasado se detubo en tus ojos...tiempos en donde el viento dejo de soplar y las lumas de tus alas en el cielo quedaron congeladas
danzando en circulos al compas de mi violin de evano el reflejo de tu belleza flota a mi alrrededor

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