sábado, 29 de mayo de 2010

La roja noche

Armonía,
Ahí en el aire sustentada,
Párese casi nada en medio de la distancia,
Tranquila, así como el preludio a la orquesta de la tempestad,
En donde bajo todo ese infierno de rayos y ramas arrastradas por torrentes de una ola infinita,
Cubriendo los mares con desolados mundos derruidos,
Cantan mil lágrimas que resuenan metálicas entre los aros de Júpiter,
Que se ahogan Suspirando el gas azulado de neptuno,

Y zozobran en los culminantes desiertos del astro Marte,
Liberando a Calixto de su eterno deambular por entre Urano y saturno,
Cual quimera descontrolada, como el sonido de las trompetas del farol estelar,
Cual sol gobernante en medio de las simas,
Como en el paisaje en donde se dibuja un cañón de la luna,
Y un cielo rojo de Marte se fusiona con ella,
Dibujando al horizonte de esas montañas escarpadas que se inmutan al contacto interestelar de los asteroides,

Una bruma que canta una oda indescriptible,
Llega la roja noche, llega la vida misma al colapso,
Y la bruma Débora una esquina del universo,
Y en el cielo rojo, dos grandes astros divinos,
Los ojos de una diosa que se difuminan al dorado sol que sobre ellos le ronden culto,
Los místicos ojos que miran a las colinas,
Que más allá de la roja noche, quien culmina su canto,
La fase esta en su punto y el ángel esta llorando desde la sima de un árbol,
El loto se cubre con sus manos,
Aquel loto transmutado en una promesa de eternas consecuencias,
La roja noche se hace presente, el sol no se apaga,
El ángel cuida calidamente de ese corazón puro hecho loto,
El ángel llora de felicidad,

Los planetas se hacen un camino lineal a través de los astros videntes de color marrón,
Haciendo un solo universo bajo el brillo de la roja noche,
La fase se complementa, la tormenta se hace tempestad,
Y las plumas caen de sus alas,
El loto es protegido,
Y el universo se hace un pequeño microcosmos,
El árbol se tambalea,

El universo quiere explotar a través de esos grandes ojos hermosamente marrones,
Elevadas en las alturas, sus suplicas abren un inmenso túnel,
Es el cuerpo celeste de los ojos marrón, el que se abre no presente en el cosmos
El corazón del loto que añora ser uno con el ángel,
Y las trompetas cantan melódicas al milagro de la concepción,
Resuenan palabras inentendibles a la razón lógica de los seres,
La tormenta se apaga,

Su figura descompone al universo,
Dejándolo totalmente paralizado,
Ahí en donde las ramas ya no son arrastradas,
Ahí en donde la ola se detiene,
En donde el árbol no se tambalea más,
En donde las lágrimas se congelaron,
Con un solo suspiro el ángel quedo tranquilamente dormido,
Y calidamente entrego bajo el cobijo de la roja noche, un corazón púrpura,
En donde la inmensidad dejo sus cuerpos desnudos,
Libres del temor, libres del pecado,
En donde todo se convirtió en una comunión estelar,
En donde dios es el cosmos,
Y sus lotos intercambiados,
…son la creación,

En medio de la distancia, ellos dos, los universos volaron al rayo,
en donde las trompetas se convierten en calidos fajotes,
Y como un órgano viejo, todo es pausado y rítmico,
En donde los planetas duermen tranquilos,
Duermen placidamente en medio de la roja noche…

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