sábado, 20 de junio de 2009

poema IV


la cuidad se inmuta en tus cantos de acero...

la noche se esconde en los rayos del sol...

teme ser presa de tu bellea maldad...

oscurese con temor mi corazon en la entrada del capitel que nos aguarda indiferente a nuestros temores y dolores...
las estrellas se estremecen con tu mirada que nunca ha visto la noche...

el dia teme que le veas en su fulgor de luz...

las penas se acayan en el tiempo de la noche...

temes a perderte en su belleza.
la noche se hace a un lado y emerjes de las nubes...

extiendes tus manos a mi rostro y tocas mi mejilla...

el frio de la noche se contrae en mi rostro...
el silencio es abolido por el canto que te sigue...
el silencio se presenta en tu alma que no desmiente verdades y mentiras...

cuando te escucho hablar todo se apaga...

el brillo de la noche se apaga en tu enigmatica belleza reflejada en tu sombra azulada, y del sombrio aparejo que te sostiene el pesar de los dias muere en tu sonrrisa...

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